La demanda y explotación de los recursos naturales mantiene al planeta en una situación crítica y desequilibrada que resulta peligrosa para la vida, ya que depende en gran medida de estos recursos. Por ello, es necesario tomar decisiones sostenibles que ayuden a restaurar la capacidad de la Tierra y conservar la vitalidad y diversidad del planeta.

Una de las actividades que más impacta negativamente al ambiente es  el patrón de consumo, que genera una inmensa cantidad de residuos, desperdicio y contaminación. Por tal razón, tomar decisiones ambientalmente inteligentes consiste en elegir y actuar guiados por el bienestar del planeta al seleccionar productos y servicios que preserven sus recursos, aminoren la contaminación y el calentamiento ambiental.